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Mini relato.

Triste verdad.

Es una noche fresca de verano, estoy arrebujada en mi chaqueta de punto, sentada en la playa. Acaricio la arena, haciendo formas como cuando era una niña pequeña, escucho el silbar del viento que revuelve mis cabellos, oigo el sonido del mar… cómo rompen las olas. Ni siquiera estos fenómenos hacen que me relaje. Estoy triste y confusa,ahora mismo sólo me puedo consolar con esa frase típica: el tiempo lo cura todo. Ojalá sea cierto.
Tengo ante mí un paisaje hermoso, pero no consigo disfrutar porque me falta lo más importante: él.
Podría ponerme a deshojar una flor pero ya se la respuesta que me espera: No me quiere.
 
 
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