Aniversario.
Podría estar disfrutando del paisaje de Venecia montada en una góndola, también conociendo las áridas tierras de Oriente Próximo, quizás contemplando las vistas que ofrece la Tour Eiffel… En cambio, estoy sentada en mi modesta cocina con mi esposo, que me ha preparado una cena con todo el cariño del mundo, no es un manjar de los dioses pero a mí sí me lo parece, éste es el sitio más increíble del mundo: estar junto a él.
En este instante está contemplándome con ojos tiernos, rebosantes de amor, y de repente dice:
- Felices bodas de oro, cariño. Cada día contigo es tan especial como el primero.